aeropuerto

Siempre ha sido lindo escribir. Escribir lo que sientes, lo que ves y vives, aquello que piensas, aprendes, descubres; lo que quieres decir, comunicar, plasmar para el futuro, el tuyo o el de aquel a quien se escribe...
Hoy te escribo a tí. Por que quiero escribirte, por que te extraño, por que desearía que estuvieras aquí, por que quiero compartir este momento contigo o por que de alguna manera escribiéndote, me sentiría mas cerca de tí, a tu lado o de frente: observándote, muy atento a tu mirada tratando de descubrir lo que piensas, eso que sientes, haz sentido o estás por sentir.
Me quedaría en el brillo de tus ojos que sonrieran por mí y para mí; que ellos me dijeran lo bien que te sientes, que estás tranquila y segura conmigo, que tu también estas delante de mí como yo lo estoy, viviendo y queriendo vivir lo mismo, queriendo tu tambíen saber por qué estamos así los dos, perdida como siempre en mi forma de mirarte, por mucho tiempo, en silencio, solo así... pues me hablarán tus ojos, me susurrará tu aliento, tus manos guiarán las mías y tus labios, inexpresivos, me lo dirán todo, todo, con algo mas que un beso...
Ahora duermes pero yo estoy contigo, como cada noche y acompaño tus sueños con recuerdos de caricias, con mis ganas de abrazarte, respirar tu perfume y ese deseo de escuchar tu voz, la que usas para decir mi nombre. No, no estás sola sobre tu cama, la compartes con todas estas letras que escribo para tí. No, no estoy solo, te tengo frente a mí... ahora y desde hace tiempo...